Instamos a los miembros de la Iglesia en todo el mundo a prepararse para la adversidad de la vida con una provisión básica de alimentos y agua y algún dinero en ahorros.
Les pedimos que sean prudentes al almacenar alimentos y agua y al empezar sus ahorros. No vayan a los extremos; por ejemplo, no es prudente contraer deudas para adquirir el almacenamiento de alimentos de una sola vez. Con una planificación prudente pueden, con el tiempo, establecer un almacenamiento en el hogar y una reserva de recursos económicos.
Sabemos que algunos de ustedes tal vez no cuenten con los recursos económicos ni el espacio para ese almacenaje. Es posible que la ley les prohíba a algunos de ustedes almacenar grandes cantidades de alimentos. Les instamos a almacenar todo lo que las circunstancias les permitan.
Que el Señor les bendiga en la labor de llevar a cabo el almacenamiento en el hogar.